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23 Pero Gedeón replicó:

―No seré su rey, ni tampoco lo será mi hijo. El Señor es nuestro rey. 24 Sin embargo, les pediré algo: que cada uno de ustedes me dé aretes de los que recogieron de los enemigos. (Porque las tropas de Madián, siendo ismaelitas, usaban aretes de oro).

25 ―Con todo gusto te los damos —respondieron—, y extendieron una sábana donde cada uno pudiera lanzar los aretes que había recogido.

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